miércoles, 7 de noviembre de 2007

Más tarde que pronto


Se que es fácil victimizarse en los libros de historia
o en los diarios íntimos
o en los públicos,
que se refieren a mi con metáforas culpantes
o genéricos del Doctor Ahorro.
Es fácil sepultarse cómodamente en la tumba discreta de la memoria
viendo pasar la vida
como un enano enjabonado deslizándose de panza
por las baldosas de la cocina,
de la pared al horno,
al horno.
Es tan simple
mancharme la piel con secretos a voces,
para que todos huyan de mi cuerpito manchado,
o pedir la aparición con vida
de sueños crucificados en un cable modem
La fe es lo primero que se pierde,
es un acto reflejo.
Esta vez mi orgullo me salvo el cuello,
pero quedé con el culo al aire
y empieza a ser invierno
y los osos entran en celo
más pronto que tarde.

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