jueves, 28 de julio de 2011

Secuestro seguido de suerte


Hace algunos años, mi gran amigo Juan Pablo, fue dejado impunemente por su novia de entonces, con un viaje, cuasi luna de miel, totalmente pagado a Buzios. Se planteó en algún momento la idea cancelar y recuperar así el 30% del dinero o ir de todos modos. Así que fuimos de todos modos, él y yo, de luna de miel. Nos divertimos mucho pensando que ibamos a tener que dormir en una cama matrimonial, que nos iban a recibir en el hotel con flores y que todo el mundo iba a creer que eramos trolos.
Viajamos la noche del 27 de enero, primera escala Sao Pablo, ciudad monstruo, inabarcable desde las alturas. Luego Río, cuando nos sentamos al salir de migraciones para acomodar pasaporte e ideas; Pablo sacó de su mochila una de sus famosa tarjetas de cumpeaños, en las que siempre hay chotas dibujadas y frases maravillosas - Feliz cumple Bepi!- Sin parar de reírnos salimos a la calle y nos metimos a un taxi. Una vez en movimiento, intentamos charlar con el taxista, primero hablamos de fùtbol, pero mientras avanzabamos, poco a poco nos iba quitando la palabra. De pronto tomó una salida de la autopista y supe en ese mismo momento que nos iban a robar, le comenté a mi amigo, que me parecía demasiado pronto para abandonar la autopista, pero la charla no puedo prosperar, casi inmediantamente entramos en un morro, el auto frenó y se subieron dos monos, uno adelante, otro atrás con nosotros, los dos armados, nos bajaron y nos arrastraron al corazón de la favela. La gente en la calle nos gritaba, puteando a los argentinos, ahí sentí que nos iban a matar, nos miramos sin atrevernos a pronunciar palabra pero empañándonos, casi abrazándonos a tres metros de distancia. Nos metieron en una casa con una puerta de chapa azul, totalmente oxidada con una virgen pintada en la mirilla. Adentro había unas diez personas, en un principio solo pude reconocer a una chica de unos veintipocos, hermosa, con su musculosa verde y un pantalón corto blanco. Nos hicieron arrodillar en el centro de la piesa, y a punta de pistola nos obligaron a desnudarnos, todos quedaron sorprendidos con la tremenda chota de mi amigo, ahí pude alzar la cabeza y registrar que eran siete mujeres y seis hombres incluidos los que se nos habían subido al taxi. Todos reían, sobretodo las mujeres. Mientras dos contaban nuestros dólares y los pocos reales, otro encontro la tarjeta de cumpleaños. Nos pregunto de quién era, Dije que mío, -Hoy cumplo 27 años- y no se habló más.
Derrepente un joven de unos quince años calló desmallado a nuestro lado, Quedó tirado boca arriba con los ojos abiertos, ausente pero quejandose como si estuviera poseído, no era epilepsia, porque cada vez que se lo tocaba gritaba màs fuerte y respondia con vilencia. Yo no podía salir de mi asombro cuando Pablo se levantó diciendo que el era médico, me sorprendí no solo por verlo desnudo al lado de jóven tratando de reanimarlo con un cariño sincero, sino porque es Ingeniero y nunca tuvo ni la más mínima idea de medicina. En un guiño del destino el pibe volvió en si.
El padre del adolescente que era uno de los que contaba nuestro dinero lo abrazó y lo que siguió fue embriagadoramente rápido, se llevaron al niño a un hospital, nos devolieron, la ropa, la plata y todo lo demás y nos liberaron. Tres garotas nos llevaron hasta la playa de Ipanema donde Pablo desapareció con dos de ellas en la oscuridad yo me quedé con Yanela, que era poeta y hablamos de Ferreira Gullar, Ana cristina Cesar y Clarice Lispector, la cerveza borró todo lo demás.
Amanecí abrazado a ella sin saber nada màs, tal vez nos hayamos besamos, tal vez haya tenido un hijo mío, no lo se.
Pablo volvió con una sonrisa inolvidable y nos metimos al mar a hablar de la noche anterior, cuando salimos nos sacaron esa foto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No te hagas el modesto de chota

santha dijo...

Esa debe ser mi vieja

Anónimo dijo...

Bepi me hiciste cagar de risa mal.

Estas totalmente chapa, como yo agarrandote del brazo y subiendo al primer taxi que para en Rio sin importarme un carajo de nada.

Por suerte no aclaraste que una de esas garotas tenia un sonajero mas importante que el mio.

Te quiero nene