martes, 5 de agosto de 2008


Pesa el aire de la noche
sobre las piedras ancestrales
y las gaviotas callejeras
comen basura de los botes
chillando su festín.
Un camino de hormigas viajeras
atraviesa la cama,
donde el milagro de tu cuerpo
multiplica tu boca y sus peces.
Vengo del extranjero,
Vengo de otro cuerpo
que ya no me pertenece.
Me quedé en el más allá de tus limites,
Viendo el invierno llegar y extrañándote,
viendo los aviones ir empañando el vidrio,
pero vine a cumplir lo que nunca te prometí,
lo que te aseguró mi voz con sus ecos...
Te venís
Y
Te vas
en el abrazo desnudo, irrepetible,
odiando con la mirada
la verdad unánime que nos salva a los dos.
Nos susurramos el tacto cálido
con dientes apretados, con bocas abiertas,
desplegados y vueltos a plegar
uno sobre la otra,
una sobre el otro.
Somos la historia sedimentada,
la pura mezcla .
Drogado por el aroma del campo de batalla
caigo rendido ante tu victoria,
a tus pies este cuero argentino.

2 comentarios:

Iria dijo...

Me pienso en el sillón y bebes cerveza. Tarde,pasó el tiempo tarde?, y hoy se fueron las hormigas a su casita de la playa.
Te quiero nené. Unas semanas de espera para tragarte.Unas, pocas.

santha dijo...

Te espero, sabes como te espero...