sábado, 23 de mayo de 2009



El pasado, siempre el pasado...
Por eso todo poema de amor
es un poema de resistencia
y una caricia una bala
y un abrazo una trinchera.

Apagar la luz es menos agresivo que encenderla
y en las sombras de un cubrecama en ruinas
puede tramarse la más contundente de las estrategias
puede recuperarse la vanguardia,
pueden reagrupase las fuerzas.

El fantasma de la noche vieja
vino a decirme que el dinero es grasa
y trajo más balas
y ensanchó la trinchera para dos
Porque el pasado siempre estuvo ahí
y todo poema de amor
no puede ser menos
que un poema de resistencia
y no existe muerte que triunfe
por sobre esta victoria,
aunque muera.

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