miércoles, 7 de mayo de 2008

cronica de una feria anunciada


En mis largas horas de feriante he notado, no sin daños colaterales, que la actitud de las lectoras frente a un libro es la misma que tienen hacia la búsqueda del amor de un hombre, es así como están las que se dejan sorprender, las hay las que saben lo que buscan, las que miran con interés pero nada más y así.Estadísticamente hablando 6 de cada 10 mujeres que entran en el stand en el que trabajo son bonitas, pero sólo una de ellas es preciosa. He notado que la gran mayoría de las preciosas son actrices fracasadas o por fracasar, algunas tuvieron algún que otro éxito o puede que lo tengan alguna vez, pero todas ellas preguntan o se vuelcan directamente al sector de teatro. Este motivo me ha convertido con toda la razón del mundo en objeto de burla por parte mis compañeros de trabajo.Pero la realidad demuestra que mujer que me encanta, se dispara automáticamente a los estantes de teatro. De todas formas mi problema no radica en eso, sino en que mi éxito con ellas es mínimo por no decir nulo. He aquí diálogos sustraídos de un día de feria normal:
Feriante -Hola, ¿estabas buscando algo? ¿Poesía, teatro, novio?, ¿Te puedo ayudar?
Morocha fatal -¿Qué tenes de teatro?
Otro:
Feriante –Disculpame pero me siento arrastrado como por un imán hacia vos. Deben ser tus ojos...
Petisa mágica –Sí, claro ¿ustedes son los que publican a Daulte?
Otro:
Feriante –Bueno, si querés te dejo mi mail-.
Colorada de ensueño -¿No tenés un catálogo de teatro?
Y así hasta el infinito o mejor dicho hasta el doce de mayo a las 22hs.Un feriante se hace teorías de todo y para todo, condenado a observar dispone del tiempo, de la quietud, y las teorías son lo que lo salvan, los pequeños juegos que lo hacen sobrevivir a ese lunes de 21 días que es la feria. En este caso se podría decir que las actrices fracasadas o por fracasar, la que tuvieron algún que otro éxito o las que lo están por tener no están interesada para nada en un saldo como yo.

2 comentarios:

m.white dijo...

cuando fracasen se darán cuenta del valor de un saldo.

Republica dijo...

Tu no eres un saldo, muchacho..tu eres un incunable...maltratado por sus antiguas dueñas...pero que conserva la tarlatana en su sitio y el cajo impecable...avant y no res...el mundo no está lleno de bibliófilos que aprecien lo que tiene valor..XD