me parí huerfano,
me parí con una alegria gemela,
de la que me separaron al nacer,
me parí solo
en un descampado y en cuclillas,
y con el grito unanime
partí en cinco el silencio chato de la noche.
Sentí la sangre correrme por el culo,
la senti goteando por las piernas peludas
hasta llegar a los pies descalzos, venosos y anchos.
y deje caer con libertad mi miebro amputado
los huevos, el pene de lado,
la navaja resbalosa entre las manos
golpeando en los escombros...
me parì mirando al cielo como el perro
que ya no sueña con la luna.
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