Ulises

¡ Putisimo dios! ¿ qué espera a que se largue más fuerte?. El señorcito ahí paradito, todo rígido con su pilotito recién compradito. Hace como cincuenta cambios de semáforos que me tiene quieto acá, atado a su mano, - la mano que te alimenta, no muerdas la mano que te alimenta- ¡ la mano que te encarcela!, - la mano que te alimenta, el mejor amigo del hombre-. ¡El mejor amigo del hambre soy!, cagado de hambre me tiene el amarrete, eso es, un amarrete, por eso ella se fue, por eso lo dejo parado como el estúpido que es en Corrientes y Paraná. ¿ que espera? No va a volver, por mas que llores no va a volver. Yo me la paso llorando en el balcón de dos por dos y nada, mientras el señorcito en su camita, con su estufa calentito. –No te subas a la cama que a Lu no le gusta – Parece que a Lu tampoco le gusta que vos te subas a la cama ¿ no?. No llorés més gil que de seguro ya se la agarró otro... ¡Mirame, mierda! Mirame a mi que soy el único que te banca siempre, soy lo único que tenes en tu asquerosa vida... ¡ y la que lo recontra mil parió está diluviando!. ¡Maestro, maestro eu!, está diluviando. ¿Por qué no nos vamos de una vez?, si ya cagué y meé como doce veces- Che, eu, ¡ Fede!, vamos negro volvé que estoy cagadisimo de frío, es invierno man. Si tan solo pudiera sacarme la cadena si que se diera cuenta y huir a la liberdad, terminar en una casa con un fondo grande, en una familia con pendejos que me hagan subir a la cama y donde no falte comida ni calor, si pudiera zafar este collar de ahorque sin que se de cuenta, despacito despacito, un poquito más y cada cual por su camino y si te visto no me acuerdo. Uy, creo que se avivo, me esta mirando con esa cara de pollito mojado, va a decir algo.

- Ay Ulises, vos sos lo único que tengo, sos mi amigo incondicional, vos nunca te irias, nunca me dejarias como esta perra.-

Me parece que el señorcito me cagó otra vez.